Durante generaciones, mujeres y jóvenes hemos sido excluidos de la participación política, dejando este campo de incidencia social a los adultos, bajo erróneos considerandos, que las mujeres y los jóvenes somos incapaces para aportar en estos temas.
Por otra parte el sistema social en el que vivimos parece estar diseñado para que los jóvenes y las mujeres seamos objetos de manipulación, esto es posible bajo el sistema actual en el que los medios de comunicación tienen un rol importante difundiendo mensajes vacios y difusos a estos sectores, desviando así la atención de los mismos a través de sus programaciones.
Si vemos con atención, los segmentos de programas dirigidos a jóvenes en las radio emisoras, la música es el elemento que según los emisores, es el único interés de la juventud, así como programas juveniles de diversión y ocio, invitando a la juventud a ser parte de un esquema de anarquía, de irrespeto a las normas y la ley, invitándolos a la promiscuidad en programas con nombres como “quien te entierra”, hablando de automóviles, música, deportes y cualquier tipo de temas que no sean la realidad nacional o de cómo los jóvenes percibimos los acontecimientos políticos y sociales.
No es que a los jóvenes no deba atraernos la música la diversión o los deportes, pero no es esa nuestra única realidad, y de igual forma, algunos planes de gobierno enfocados a la juventud, aplican políticas erradas viendo el deporte como la principal forma de desarrollo y medio de participación para los jóvenes, tal es el caso, que en el recién pasado “JUVENTUR” organizado por el INJUVE, hasta payasos y juegos eran el atractivos del evento.
Si se realiza un sondeo sobre la opinión de los jóvenes en torno a los hechos políticos que desde las instituciones de estado se dan, no todos los jóvenes podrán dar un aporte acertado en sus análisis, esta situación no obedece a la incapacidad de la juventud para reflexionar sobre la realidad del país, sino en la práctica del sistema que ha cegado al sector joven ante la realidad induciéndolos a través de los medios de comunicación y débiles programas estatales a verse, como sinónimo de diversión y recreación.
Podemos notar como en las emisoras radiales segmentadas para adultos, oiremos programas de análisis de la realidad social, noticieros y espacios de opinión. Pero en las radios juveniles, por lo general solo escuchamos programas musicales y espacios de opinión en todo tipo de temas como sexualidad, amistad, deportes etc, pero menos sobre la realidad social. Es hasta hace unas dos semanas que conozco de un programa nuevo con contenido de análisis, por lo demás las radios “Juveniles” se caracterizan por sustraer al joven de la realidad en la que vivimos.
Por su parte las mujeres son el blanco de telenovelas, en las que los medios de comunicación invitan a no perderse día a día los intrigantes capítulos, de modo que su mundo gire en torno a una fantasía que se transmite en la televisión, y no en la realidad que vivimos.
Hoy en día, y debido a la revolución tecnológica, las redes sociales en internet han permitido que la información viaje de manera veloz y directa a cada usuario en la red, de modo que poco a poco, los jóvenes que somos el segmento más grande de la población, con acceso a las redes sociales, estamos tomando conciencia sobre la realidad de nuestro país, y podemos opinar sobre las actuaciones de los funcionarios públicos, generando con ello incidencia en las decisiones de los políticos respecto a sus actuaciones.
Ahora los jóvenes estamos cada vez más, avanzando en un terreno que se nos había ocultado, y estamos descubriendo nuestra capacidad de incidir en los acontecimientos de nuestro país, desde nuestra participación en los temas de interés social, no solo con la opinión, sino participando activamente en movimientos sociales que buscan incidencia en las políticas públicas, así como desde la participación directa en los partidos políticos buscando ser parte de los cambios sociales.
Las mujeres que también han sido víctimas de la discriminación social en razón de su sexo, durante generaciones fueron vetadas de la participación política, pero ahora son parte fundamental en el desarrollo de nuestro país, luchando día a día para romper los paradigmas del patriarcado y demostrando que el sexo no tiene ninguna relación con las capacidades de las personas para participar en política como para desarrollar cualquier tipo de actividad.
Por todo lo anterior los políticos están temiendo que el sistema que durante mucho tiempo funciono para cegar a los jóvenes sobre la realidad en la que vivían, caiga abruptamente en desfase como medio de manipulación, y tengan ahora que rendir cuentas de sus hechos, y reconocer que las nuevas generaciones están retomando el control de nuestro país.
Si bien el concepto de “política” ha sido satanizado por la actuación de los políticos tradicionales, los jóvenes podemos cambiar esa percepción participando activamente y de forma transparente desde la contraloría social, fiscalizando las actuaciones de los funcionarios y opinando basados en un criterio basado en la información de los acontecimientos políticos y sociales.
No necesariamente debemos participar en un partido político para incidir en las políticas públicas, también nuestra opinión permitirá que exijamos nuestros derechos y el cumplimiento de estos por parte de los funcionarios.
Seamos parte de la construcción de un nuevo El Salvador dando nuestros aportes y exigiendo a los políticos una actitud propositiva, participar en política no te hace politiquero, tus actos son los que te definen.
Sin importar tu afinidad ideológica, participa de la política haciendo la diferencia con los políticos tradicionales, demostrando que los jóvenes podemos diferir ideológicamente sin llegar al revanchismo y sabiendo comprender y aceptar las ideas de quienes pensamos diferente, no nos dejemos adoctrinar de ningún grupo, desarrollemos nuestro propio criterio basados en nuestra realidad.
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